¡S.O.S…Salvemos al periodismo!

Con Balaguer y Trujillo muertos se pensaba que el ejercicio del periodismo obtendría su anhelada libertad. Sin embargo, la clase política no dejado de ser letal para la consagración de un periodismo independiente y libre.
En el mismo plano están los organismos armados, Policía, Ejército, Fuerza Aérea y Marina, que en ocasiones se han prestado para ejecutar órdenes de matar periodistas.
Los periodistas, creo, somos los únicos profesionales que pagan con su vida el hacer bien su trabajo: informar, crear conciencia en la población, entretener, educar, ayudar; es parte de lo que hacemos.
Tan intolerantes como los políticos, contra el ejercicio de los periodistas surgen nuevas amenazas: El narcotráfico y el poder económico.
En República Dominicana estos sectores han encontrado un aliado que le permite operar libres de pena. Esto se debe a que cuentan con el apoyo de una justicia ciega, sorda y muda.
Al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, le preocupa más que no le hayan consultado para una reforma constitucional, que un juez libere a un narcotraficante porque lo presentaron descalzo al tribunal.
Vianco Martínez es mi amigo y mi maestro. Y lo apoyo porque es periodista igual que yo. Porque fue golpeado por trogloditas cuando simplemente intentaba hacer una entrevista a Pedro Guerra.
Y lo apoyo porque me pondré sus sandalias, porque un fiscal se ha mostrado más que complaciente con los agresores que con el agredido, porque el jefe del Ministerio Público no dice nada.
Cuando asesinan a un reportero gráfico inmisericordemente y la Policía engaveta el caso.
Tan insólito como esto es que se denuncie que la empresa Lácteos Dominicanos (LADOM) no cumpla un contrato de vender al Estado la leche del desayuno escolar con los nutrientes mínimos establecidos para alimentar a un niño, y se quiera presentar a los periodistas como los culpables de poner en evidencia tal felonía. ¿Y entonces… Vivimos o sobrevivimos en democracia?
En el mismo plano están los organismos armados, Policía, Ejército, Fuerza Aérea y Marina, que en ocasiones se han prestado para ejecutar órdenes de matar periodistas.
Los periodistas, creo, somos los únicos profesionales que pagan con su vida el hacer bien su trabajo: informar, crear conciencia en la población, entretener, educar, ayudar; es parte de lo que hacemos.
Tan intolerantes como los políticos, contra el ejercicio de los periodistas surgen nuevas amenazas: El narcotráfico y el poder económico.
En República Dominicana estos sectores han encontrado un aliado que le permite operar libres de pena. Esto se debe a que cuentan con el apoyo de una justicia ciega, sorda y muda.
Al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, le preocupa más que no le hayan consultado para una reforma constitucional, que un juez libere a un narcotraficante porque lo presentaron descalzo al tribunal.
Vianco Martínez es mi amigo y mi maestro. Y lo apoyo porque es periodista igual que yo. Porque fue golpeado por trogloditas cuando simplemente intentaba hacer una entrevista a Pedro Guerra.
Y lo apoyo porque me pondré sus sandalias, porque un fiscal se ha mostrado más que complaciente con los agresores que con el agredido, porque el jefe del Ministerio Público no dice nada.
Cuando asesinan a un reportero gráfico inmisericordemente y la Policía engaveta el caso.
Tan insólito como esto es que se denuncie que la empresa Lácteos Dominicanos (LADOM) no cumpla un contrato de vender al Estado la leche del desayuno escolar con los nutrientes mínimos establecidos para alimentar a un niño, y se quiera presentar a los periodistas como los culpables de poner en evidencia tal felonía. ¿Y entonces… Vivimos o sobrevivimos en democracia?
Mi hermano, está muy bien tu artículo...lo interesante de esto es que algunos programeros y "periodistas" defienden la postura de LADOM, claro por sus millones.
ResponderBorrarRaúl
Que vergüenza me da la prensa dominicana, casi todos los periodistas están corrompidos; están al servicio del dinero.
ResponderBorrarAsí como van las cosas, nunca tendremos un periodismo serio, imparcial, objetivo y de calidad.
Raúl Germán.