Quique a la deriva

El presidente del Partido Reformista Social Cristiano está obligado a pactar. Federico Antún Batlle no cuenta con los gallos suficientes para pelear en una traba donde el gallo morado tiene las espuelas carey. No tienen una dirigencia que mueva las masas; actualmente son un grupo de fósiles, conservados en una pieza en ámbar, desde los 12 años.
Los dirigentes que todavía pueden echar la pelea están con el PLD: Lila Alburquerque, embajadora en Taiwán; César Dargam, viceministro de Relaciones Exteriores; Marino Collante, director de Aeroportuaria; Modesto Guzmán, director de INPOSDOM; Alexandra Izquierdo, directora de ProIndustria y Milton Ginebra, en Agricultura, entre otros. A este grupo también habría mencionar a Johnny Jones, que aunque no está por decreto, llegó a la Liga Municipal Dominicana por el respaldo del PLD.
Otros miembros emblemáticos del PRSC que no están en el Gobierno pero apoyan al PLD son: Humberto Salazar y Luis Toral. Mientras que algunos como Guillermo Caram y Eduardo Estrella se fueron con el PRM; y el más importante de todos, Amable Aristy Castro, tiene su propia traba.
Por lo visto, Quique solo cuenta con Íto Bisonó, quien tendría que cargar con un muerto muy pesado. Como plantea Yanessi Espinal, en su artículo de El Caribe: “¿Qué le conviene al PRSC, pactar con el PLD o con el PRM?”. “El partido cuenta con la casilla tres de la boleta”, lo que es importante para Danilo Medina dado el impacto visual-sicológico que tendría en el votante.
También “al PRM le conviene el apoyo colorao y ocupar la casilla tres, ya que esto rompería con la uniformidad de la primera línea de la boleta”. Desde el punto de vista neurológico sería como un ruido visual, lo que obligaría al votante a detenerse y establecer una diferencia.
Como ya sabemos, el cerebro hace comparaciones y toma atajos a una velocidad impresionante. Un votante que se detenga a pensar su voto podría ser no buena señal.
Pactar con el PRSC sería ventajoso tanto para el PLD como para el PRM, pero sobre todo para los mismos coloraos. En términos reales, recibirían más de lo que podrían aportar, aunque en elecciones todo cuenta.
Por eso los reformistas están obligados a pactar, o desaparecer definitivamente como lo planteó el pasado sábado Marino Collante. Lo importante de ser bisagra es que abre puertas…y con un poco de aceite ni ruido hace. 

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