¡Que arda Troya!

Cuando la fiscal del Distrito Nacional, Yenni Berenice Reynoso, exclamó, -con alivio y con ira en el proceso contra Víctor Díaz Rúa-, que la justicia estaba corrompida en ese momento se vio como una malcriadeza de la abogada cibaeña; y aunque expresó que recibió presiones: nunca dijo de quién, nunca dijo de dónde, nunca renunció.

Pero el tiempo, el implacable, el que pasó, -nos recuerda Pablo Milanés-, siempre una huella triste nos dejó. Lo acontecido con la jueza Awilda Reyes Beltré ha demostrado que solo era eso, cuestión de tiempo para que lo dicho por la fiscal Reynoso dejara de ser una malcriadeza y se comprendiera lo Dantesco del sistema de justicia dominicano.  

Aunque luego de la última sentencia a favor de Felix Bautista, el presidente de la Suprema Corte de Justicia manifestó a viva voz que confía en las decisiones de sus jueces, él mismo tuvo que denunciar que la magistrada Reyes Beltré recibió dinero para liberar a un político-sindicalista, ¿y encima de eso, acusado de sicariato?... ¡por Dios!

Más que una muestra de que algo anda mal es una confirmación de las preocupaciones del embajador de Estados Unidos, Jame Brewster, sobre lo que pasa en la justicia dominicana, la que no encuentra la manera de trancar a los corruptos, narcos y delincuentes- esa última parte la digo yo.

Vale creer que los gringos tienen algo que ver con el reperpero que está pasando; y es normal no solo porque el embajador Brewster se reunió varias veces con el procurador general de la República, sino, porque coincide en tiempo-espacio con el pedido del Ministerio Público para que se investigue a cinco jueces por las benévolas sentencias que han dado a personas ligadas al narco, corrupción y lavado de activo, y entre los señalados estaba nada más y nada menos que la jueza Reyes Beltré.

Al parecer la decisión de los norteamericanos de dejar al descubierto lo que las diosas Temis, Dice o Lustitia no quieren ver es tan firme que la embajada está abierta para que aquellos políticos que no les ha gustado esa postura devuelvan sus visas,  

Lejos de aclararse la situación las cosas sigue pasando de gris a oscuro. Supuestamente la magistrada Reyes Beltré recibió órdenes superiores para liberar al regidor Ericson de los Santos Solis. ¿Pero órdenes de quién? ¿Quién o quiénes pueden ordenar a un juez que libere a un procesado, cuando se supone que son soberados en sus decisiones? Obviamente que los jueces de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo del Poder Judicial son sus jefes.


Inocente o no lo cierto es que la magistrada Reyes Beltré está condenada. Yo en su lugar, y aprovechando la posición del embajador Wally, pido protección, hablaría claro…¡y que arda Troya! 

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